Un apartamento, Girona (Sant Jordi Desvalls), comodidad, detalles, espacio amplio… hecho por ciclistas. Me interesa.
No sé si habéis leído alguna vez que Girona es el epicentro del gravel y el ciclismo en el mundo… Se ha explicado tantas veces que no queremos sonar repetitivos. Pero lo cierto es que el buen clima, las carreteras en buen estado y la variedad de terrenos hacen de esta zona el paraíso de cualquier ciclista.
No es casualidad que tanto profesionales como aficionados elijan este rincón para rodar, ya sea por las curvas de la Costa Brava o por las rutas de montaña del interior. Y si hablamos de gravel, pocos territorios son más «graveleros».
Claro, no todo el mundo tiene la suerte de vivir cerca, y muchos necesitamos alojarnos en la zona. Pero encontrar un buen sitio se ha vuelto difícil, sobre todo dependiendo de las fechas.
Aquí es donde entran en juego Mónica y Miquel, que nos han presentado su nuevo apartamento: el Eco-Apartamento Pi Pinyoner.
«Somos Miquel y Mònica, y este apartamento es nuestro proyecto, hecho con el corazón. Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotros hemos disfrutado construyéndolo.
La historia de Pi Pinyoner comienza en el año 2021, aunque en ese momento aún no lo sabíamos. Ese año, a Miquel lo contrataron para talar unos grandes pinos piñoneros en el jardín de una casa en las afueras de Sant Jordi. Con el paso del tiempo, los árboles habían crecido tanto que representaban un riesgo para la casa, por lo que era necesario tomar medidas.
Lo que no podíamos imaginar entonces era que ese acto marcaría el inicio de la historia de nuestro apartamento. No fue hasta 2024 cuando adquirimos la finca y, poco a poco, comenzó a tomar forma la idea de transformar ese espacio en un eco-apartamento turístico. Al pensar en la decoración y en la esencia que queríamos transmitir, Miquel recordó aquellos pinos piñoneros que había talado años atrás y que, desde entonces, reposaban en un almacén, siguiendo su proceso natural de secado.
Aunque Miquel nunca había fabricado un mueble —su profesión era otra—, en su mente enseguida se dibujaron todos los elementos del mobiliario. Y, como suele ocurrir en la vida, cuando una idea se visualiza con claridad, termina materializándose. Con paciencia y dedicación, dio forma a cada pieza, respetando la madera y su historia, convirtiendo aquellos árboles en muebles únicos, llenos de alma.
La madera es un elemento vivo y, cuando se trabaja con amor y conciencia, su esencia perdura. Así, Pi Pinyoner no es solo un apartamento, sino también un homenaje a la naturaleza y al ciclo de la vida, donde lo que un día fue raíz y hoja, hoy acoge y da vida a un nuevo proyecto.»
Mónica i Miquel
El apartamento está ubicado en el casco antiguo de Sant Jordi Desvalls, un pueblo con esencia medieval, a solo 20 km de Girona y cerca de las playas de la Costa Brava, por si aún da tiempo de un baño después de pedalear. Rodeado de naturaleza y con el río Ter pasando por la zona (ideal para explorar la ruta del Ter), es un muy buen punto de partida.
Pero ojo, no es un apartamento al uso. Está diseñado por y para ciclistas, Mónica y Miquel lo son. Desde que cruzas la puerta, se siente el amor por el detalle y esa agradable sensación de haber acertado y de sentirse como en casa.
Como han explicado Mónica y Miquel, el mobiliario, hecho a mano, está construido con madera de un pino piñonero centenario, lo que da nombre al apartamento.
Cuenta con todas las comodidades modernas y detalles pensados para ciclistas, incluido equipamiento específico, como aparcabicis o un pequeño kit de reparación, para que la experiencia sea lo más cómoda posible después de un día sobre la bici.
En cuanto a distribución, la zona de día tiene un comedor-cocina totalmente equipado, sofá cama y una mesa para hasta seis personas.
La zona de noche se divide en dos habitaciones: una con cama de matrimonio y otra con dos camas individuales. También hay dos baños independientes, uno con bañera y otro con ducha.
Sant Jordi Desvalls es un pequeño pueblo con una rica historia, situado en una zona estratégica entre la ciudad de Girona y las playas de la Costa Brava. Sus orígenes se remontan a la época romana, gracias a su ubicación en la vía que conectaba Girona con Empúries.
El núcleo antiguo del pueblo ha conservado su ambiente medieval, con calles estrechas y sinuosas, donde aún pueden verse los restos del castillo y la iglesia de Sant Jordi. Las antiguas casas del pueblo mantienen elementos arquitectónicos de épocas pasadas, como portales adovelados, ventanas góticas y dinteles decorados, que aportan un toque auténtico e histórico.
Así que si buscas un sitio con encanto, diseñado con atención al detalle en el corazón del Empordà, el Eco-Apartamento Pi Pinyoner es nuestra recomendación.