Fotografías de: María Ferré (@gravlwings) Aitor Fusté (@aitorfuste) y organización
«Salvaje» es la palabra que define nuestra experiencia en La Palma, escenario de la primera edición de la Gravel Ground, un evento gravel por etapas que, más que competir en velocidad, invita a compartir un concepto diferente al de otros eventos. Os garantizamos que es auténtico.
40% de participación femenina y un porcentaje similar de participación internacional nos muestran que el gravel se anticipa y dibuja, con claridad, un mapa cada día más diverso y contrastado, un lugar de encuentro profundamente abierto, algo que fue palpable en este primer evento organizado por NSN y Guava.
La Palma en gravel es mucho más que un simple destino: cada día ofrece un nuevo reto en entornos tan impactantes como variados. La isla impresiona; resulta difícil describir el espectáculo natural que ofrece.
Ulrich Bartholmoes, quien sería capaz de dar la vuelta en un solo día, esta vez se lo tomó con más calma y, como veis, tiene mejor cara que en otras ocasiones.
Desde la erupción volcánica de 2021 en Cumbre Vieja, que mantuvo su actividad durante casi tres meses, La Palma, conocida como «La Isla Bonita,» se ha consolidado como uno de los lugares más verdes y montañosos del archipiélago canario. Como visitantes, esto es algo que más o menos podemos anticipar, pero como ciclistas, lo que realmente impacta es el desnivel acumulado kilómetro a kilómetro una vez empiezas a rodar en ella.
El 30% de la isla es Parque Nacional. Naturaleza y aventura van de la mano, y el gravel aquí no es precisamente cómodo; no podemos rodar «disimulando», esperando que la bici corra sola. Sin tapujos, podemos definirlo como auténtico gravel mountain. Aquí no existen las «vías verdes» como las conocemos en la península (antiguas líneas de ferrocarril en desuso); aquí las «vías» son muy verdes, sí, pero más bien se asemejan a una montaña rusa, y eso nos encanta.
Te contamos un poco más de cada etapa.
ETAPA 1: Stars Ride
Santa Cruz de La Palma – Barlovento 81km / +2.769m
El bonito amanecer en la salida desde el hotel, ubicado en la misma playa de Los Cancajos, nos daba la bienvenida para afrontar el primer gran reto: ascender al Pico de las Nieves, un puerto de 20 km con un desnivel medio del 8,2% y más de 1.500 metros de subida acumulada. Más de dos horas de esfuerzo nos llevaron hasta la cima, a 2.470 metros de altitud, en el Roque de los Muchachos, donde el imponente Observatorio Astrofísico ofrece una de las mejores vistas astronómicas del mundo. Desde el punto más alto de la isla, pudimos vislumbrar el Teide en la vecina Tenerife.
Sí, primer día, primer ascenso, punto más alto de la isla. Ya quedamos advertidos de cómo son las cartas de este juego.
El descenso nos llevó hacia la Laguna de Barlovento por la entretenida pista de Los Gallegos. Durante el trayecto, numerosos senderos de descenso y enduro se cruzaban en nuestro camino, recordándonos que La Palma es un paraíso para estas disciplinas, ya consolidadas en la isla.
Aquí tuvimos que lamentar la caída de Juliete, una participante que tuvo que ser evacuada en helicóptero gracias a una rápida intervención. La organización, en contacto permanente con ella, nos comunica que ya se está recuperando. Encaramos los kilómetros finales por la Carretera de las Mimbreras, una de las más hermosas de la isla, con su trazado estrecho, túneles de un solo carril y vegetación exuberante que bordea profundos barrancos, transmitiendo la esencia volcánica de La Palma.
Las noches de cada etapa se convierten en una experiencia comunitaria, durmiendo en haimas en plena naturaleza. En Barlovento, un refugio con una fogata central (lugar de encuentro y comida) marcó el inicio de una auténtica convivencia en grupo.
Juegos, risas y algunos bailes crearon el ambiente perfecto para que todos los participantes nos conociéramos, cerrando así una exigente primera etapa de 81 km y 3.050 metros de desnivel positivo.
ETAPA 2: Jungle Ride
Barvolento – Garafía – 67km / +2.206m
Los primeros kilómetros de subida disiparon cualquier duda: La Palma es, efectivamente, tan desafiante como bonita. Atravesamos el Parque Natural de Las Nieves y su Bosque de los Tilos, donde el denso follaje y la humedad hacían aún más exigente el descenso del día. Las largas lianas espinosas que sobresalían entre los árboles nos recordaron que aquí la naturaleza manda. Un avituallamiento en el momento oportuno nos preparó para encarar la costa y visitar las piscinas naturales del Charco Azul, otro de los atractivos de la isla, situado junto a la playa y rodeado de infinitas plataneras, en la zona de Los Sauces.
Con solo media etapa recorrida, los contrastes paisajísticos nos abruman: ascensos, bosques, descensos exigentes con tramos de densa pinaza o de rocas y terreno duro, playa, piscinas naturales, infinitas plataneras… Sin duda, la Isla Bonita nos cautiva a cada kilómetro.
La etapa concluyó en el enclave de San Antonio del Monte, en un modesto restaurante frecuentado por la clientela local, donde nos recuperamos con la mejor comida de la zona: garbanzas, ropa vieja, queso asado, papas, gofio y el tradicional «Príncipe Alberto». Al caer la noche, la organización preparó una actividad astronómica que, debido al mal tiempo, se adaptó a una amena charla en la que descubrimos el fuerte vínculo de la isla con la ciencia y la magia de sus cielos (uno de los más claros del planeta), así como la importancia del Observatorio Astrofísico, que alberga las lentes más largas del mundo.
ETAPA 3: Banana Ride
Garafía – El Paso – 76km / +2.400m
Con lluvias intensas y fuertes vientos durante la noche, la determinación de Ramón Navarro (director del evento) y de la organización ayudó a cohesionar al grupo ante algunos momentos de duda. A las 7:30, aún en plena oscuridad, todos los participantes decidieron tomar la salida de la tercera etapa, enfrentando los primeros ascensos bajo una lluvia persistente. Descendimos pasando por el Mirador del Time, donde pudimos contemplar por primera vez el impresionante Valle de Aridane, con las coladas de lava del volcán y los cultivos de plátanos y aguacates, hasta alcanzar el puerto de Tazacorte. Desde allí, nos dirigimos hacia Los Llanos para desviarnos por la Cuesta de Juliana y cerrar la etapa con un final de ensueño, recorriendo tramos de carretera de un solo carril, tapizados de pinaza roja, antes de adentrarnos en zonas de ceniza negra y paisajes mágicos en una panorámica inolvidable.
Aún y con miles de euros invertidos en tecnología por la industria textil, al final, los métodos clásicos no pasan de moda. Prueba de ello, el modelo de Alina Jäger.
Solo quedaba llegar al refugio de El Pilar. Ubicado en el corazón del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, este refugio, a 1.500 metros de altitud, es un lugar privilegiado para los amantes de la naturaleza. Rústico y sin concesiones, sin cobertura ni servicios de restauración, es ideal para quienes buscan una experiencia auténtica, disfrutando de la biodiversidad de la zona y relajándose, sí o sí, en un entorno natural.
Como podéis ver, la Gravel Ground no propone acomodarnos en hoteles de muchas estrellas; aquí, las estrellas están en el cielo. La convivencia en plena naturaleza y los lazos entre todos los participantes, reunidos junto al fuego, hicieron que la experiencia fuera más auténtica y épica. No faltó de nada: duchas móviles de agua caliente al final de cada etapa, comida abundante, mucha cerveza y un entorno maravilloso que nos invita a cuestionarnos qué tipo de experiencias queremos vivir. Sin duda, la organización tenía una propuesta clara y coherente con el entorno que nos acoge.
ETAPA 4: Volcano Ride
El Paso – Santa Cruz de La Palma – 52km / +670m
La última etapa, más suave, pero no menos atractiva, nos llevó al Parque Natural de Cumbre Vieja, siguiendo un bucle de 40 km por pistas volcánicas de ceniza, donde las recientes coladas de lava del Volcán Tajogaite crean un paisaje sobrecogedor. Descendimos hacia el mar atravesando calles empedradas y coloridos vecindarios, con vistas a playas de arena negra, cerrando esta aventura entre volcanes exactamente en el mismo punto donde habíamos partido cuatro días antes.
276 km y 8050 metros de desnivel después, la Gravel Ground termina, esta noche sí, en el Hotel con todas las comodidades, para disfrutar de una fiesta final con un DJ de lujo: Oscar de Delafé y las Flores Azules.
Creemos que la propuesta de NSN y Guava Gravel Ground tiene tres claves para el éxito: 1) un entorno exclusivo, naturaleza en estado puro; 2) una organización eficiente y profesional; que en este primer evento no tuvo las cosas fáciles y 3) un concepto sólido, sin florituras ni pijadas, vinculado al entorno, a la naturaleza y a la convivencia.
La Palma nos ha enamorado con su carácter propio, que esta organización ha sabido preservar. Gravel Ground es auténtico.