No hagas esta ruta

Hace unos días, Ernesto Pastor, una de las almas del mundo del bikepacking, pionero en abrir nuevos “caminos” y sembrar semillas, publicó un texto que ha generado debate. Probablemente, ya habréis visto en las redes sociales y en la página de Montañas Vacías su nueva campaña. Ernesto nos ha enviado una versión más amplia y detallada, y para nosotros es un placer poder compartirla.

Ernesto Pastor

Lo máximo a lo que podría aspirar una campaña de publicidad sería marcar al potencial cliente o consumidor con una huella que perdurara durante años. Si además está aportando valores y filosofía, la consideraría simplemente la campaña perfecta.

Algo así me sucedió hace ya trece años con un anuncio de una prestigiosa marca de ropa que invitaba a no comprar sus productos en plena campaña de Black Friday. El primer impacto al leer aquel mensaje fue brutal, captaba la atención completamente. Hacía imposible pasar página sin detenerse.

Aquel mensaje disuasorio pretendía concienciar sobre el despropósito consumista de esa y otras épocas del año en la que nos intentan bombardear con que necesitamos tal o cual producto.

No existe sistema de producción que aguante ese crecimiento exponencial por muchos años, pero sobre todo, no hay planeta suficiente que pueda absorber esa tendencia de fabricación y residuo por muchas décadas más.

Hace ya trece años, y aquel mensaje sigue resonando en mi mente, casi con la sensación de que nada o poco hemos aprendido desde entonces. Es un mensaje que siento más de actualidad que nunca, tanto en ese ámbito del consumismo de objetos, como si lo aplicamos a otro tipo de consumismo, el de destinos turísticos.

Los desplazamientos internacionales relacionados con el turismo crecen de forma exponencial desde hace solo un puñado de años, como también lo ha hecho el número de gente que busca escapar de unas ciudades masificadas hacia unos entornos naturales cada vez más degradados (Contra el turismo. Libro de Rodolphe Christin, 2023). Los efectos medioambientales y sociales que de ello derivan empiezan a hacer mella en muchos lugares: Precio inaccesible de la vivienda, deterioro de ecosistemas, contaminación acústica muy por encima de valores saludables, hartazgo de muchos habitantes hacia oleadas de turistas sin conciencia ninguna…

Sin embargo, está claro también que el turismo, puede tener, y está teniendo una importancia vital en el desarrollo rural de muchas zonas, que estarían muertas de otra forma. O si lo vemos desde otro prisma, también puede considerarse como una solución a algunos territorios que se encuentran desde hace décadas en paliativos demográficos.

Eso sí, este es un proceso en el que ha de avanzarse de una forma muy controlada, con una gestión exquisita, y anteponiendo el valor medioambiental del lugar en cuestión, considerando esos destinos como los museos naturales que son, en el que esos paisajes, esos entornos, son las obras de arte sin las cuales el invento no funciona.

Con todo esto en mi cabeza, se me ocurrió emular y hacer un pequeño guiño a aquella impresionante campaña publicitaria para aportar mi granito de arena en la conciencia sobre una forma más ética y sostenible de viajar, en la que prioricemos la experiencia, el aprendizaje, y la interacción con el territorio. En la que accedamos a los entornos a pie o a pedales, y no tanto en coches o motos que dejan una huella imborrable allá por donde pasan, en forma de contaminación acústica, entre otras formas de polución.

Es un llamamiento también a reflexionar sobre nuestra filosofía de viaje. Con demasiada frecuencia, el destino turístico se ha convertido en una mercancía, en un objeto a coleccionar, donde simplemente visitamos lugares para tacharlos de una lista, sin importarnos un carajo que lo que vemos en ese sitio infestado de gente no tiene nada que ver con lo que hemos visto en esa sobre-editada foto de Instagram.

Por eso, tanto en mi caso como creador del proyecto Montañas Vacías, como en otros tantos casos en los que estoy seguro de que esto puede aportar algo, te digo:

NO HAGAS ESTA RUTA.

Ven solo si vas a pedalear o caminar. Minimiza el uso de vehículos a motor, que amenazan la principal riqueza de este territorio: el Silencio natural.

No vengas solo para tachar este destino de la lista. La línea roja entre el efecto positivo en la zona y la saturación es muy delgada.

Manten el Silencio natural. No dejes huella. No uses fuego. Consume en los pueblos. Habla con la gente. Aprende sobre sus problemas.

@montanasvacias

www.montanasvaacias.com

Ernesto Pastor es una persona inquieta, apasionada y con una mirada única que ha sido capaz que ponen el foco en la belleza de una área considerada un «desierto demográfico». Después de pedalear muchos años en pruebas de ultradistancia de carretera, decidió buscar retos más allá. Es uno de los referentes el bikepacking de este país y es el creador e ideólogo de la mítica «Montañas Vacías», un proyecto con verdadera alma que trasciende el ciclismo.

Ernesto Pastor

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