Septiembre: mes de inicios y, ¿de finales?

Fotografía de portada: Lucas Abad

En POLVU seguimos incorporando personas que nos enseñan y aportan en el aspecto extradeportivo, que tanto valoramos. En esta ocasión presentaremos una columna compartida, a modo ping-pong, entre dos personas muy especiales. Por un lado, Ingrid Ruiz, deportista de alto rendimiento, actual corredora del equipo Massi Tactic y amante de la filosofía 24/7. Creemos que Ingrid puede contribuir mucho en POLVU, y esta primera columna es un claro ejemplo de ello. El ping-pong será con Mireia Benito, que necesita poca presentación: representante Española en los Juegos Olímpicos, probablemente la ciclista española con mayor proyección, ganadora de la primera prueba de la Copa de España de Gravel… ¡De momento saca Ingrid! ¡Bienvenidas!

Íngrid Ruiz

Dicen que septiembre es el nuevo enero; es momento de nuevos comienzos y sobre todo de reanudar rutinas tras los calurosos meses de verano. Para aquellos que competimos, septiembre, en cambio, es momento de cerrar temporada y como todos los ciclos que “terminan” es susceptible de evaluaciones. Nótese las comillas del término y es que no comparto la idea de que haya etapas en nuestra vida que acaben y se dejen definitivamente atrás. Todas las vivencias nos permiten integrar aprendizajes que son el resultado de la aplicación de competencias y habilidades que se van re-produciendo y re-aplicando casi de manera helicoidal.

Es prácticamente inevitable mirar hacia los meses pasados y analizar aquello ocurrido durante los períodos de más competición. Tenemos la tendencia a etiquetar algunos momentos como “éxitos” y otros como “fracasos” y haciendo balance de todos ellos, juzgamos de manera finalista con base en aquello que queríamos y dictaminamos si esta ha sido una “buena” o “mala” temporada.

Pero, puestos a analizar, en lugar de fijarnos en aquello acontecido, ¿por qué no fijarse en qué significan todos esos adjetivos y calificativos que nos llevan a estar satisfechos o no con nuestros días de carrera? ¿Qué significa que una carrera ha sido “exitosa”? ¿A qué me refiero cuando digo que esta no ha sido una “buena” temporada? A lo que nos estamos refiriendo es a las expectativas que teníamos antes de que esas citas tuvieran lugar y estas están basadas en creencias, pensamientos y deseos previos. Y, ¿de qué dependen estos? Pues ni más ni menos que de un contexto sociocultural. Dependen de aquello que “se espera de nosotros”. Pero, ¿Quién lo espera? En muchos casos pueden ser los demás; nuestros entrenadores, directores, compañeros o familiares, pero en la mayoría de ellos, las expectativas provienen de nuestro propio ego; ese pepito grillo que rara vez aparece cuando cumplimos con aquello que prevemos, pero que se hace notar (¡y de lo lindo!) cuando esto no ocurre así. Esa voz interior que nos hace sentir de manera incómoda con nosotros mismos, con las decisiones tomadas e incluso con la preparación previa. Tanto es así que nos hace dudar de si dimos nuestro máximo, de si apuramos lo suficiente o de si no podríamos haber entrenado algo más.

Todos esos juicios de valor sobre el transcurso de la temporada pueden ser peligrosos y es que nos alejan de la verdadera esencia del deporte de competición; la búsqueda del máximo rendimiento físico y mental bajo circunstancias y variables que suelen escapar a nuestro control. Echa la vista atrás y observa las diferentes situaciones en que has aprendido a desarrollarte esta temporada, todos esos momentos difíciles que no habías ni imaginado y que no solamente ocurrieron, sino que además, los solventaste. Toma consciencia de las acciones que has ido integrando en tu sistema de respuestas gracias a resolver situaciones que te han ido comprometiendo y arrastrado fuera de tu zona de control y de como todas ellas son ya herramientas no solo para tu pedaleo, sino para todos los ámbitos y relaciones de tu vida. Son herramientas para ti y para siempre. Forman parte de quien eres y llegues en la posición que llegues, nadie te las va a arrebatar. Enorgullécete de las situaciones agradables y sobre todo de aquellas desagradables que has vivido porque las has manejado de manera óptima. Sí, sea cual sea la manera como las has resuelto, las decisiones que has tomado, han sido óptimas y juzgarlas a sabiendas de lo que acabaría ocurriendo es absurdo; ¿Qué te parecería que alguien con una bola de cristal y pudiendo ver el futuro y las consecuencias de tus decisiones te dijera que te estás equivocando? Injusto, ¿verdad? Entonces, ¿Por qué juzgas a tu yo del pasado con la información del presente? Es, simplemente, un sin sentido.

El final de temporada no es para juzgar y, por encima de todo, no es para buscar culpables; ni en uno mismo ni en los demás. El final de temporada es el momento de consolidar los aprendizajes que son el resultado de las experiencias aprovechadas, de marcar objetivos responsables y sinceros para lo que vendrá y, sobre todo, de mirar atrás y sonreír por todo aquello vivido. Así que súbete la cremallera del maillot, ponte el casco recto y alza los brazos porque ¿no es la verdadera victoria el hecho de haber llegado hasta aquí?

Ingrid nació en Cambrils en 1991 y, desde poco después de dejar los pañales, ha sido una deportista de alto rendimiento. Primero se dedicó a la natación hasta los 20 años, compitiendo a nivel nacional. Posteriormente, se adentró en el trail running hasta los 30, destacándose como campeona de España de kilómetro vertical. A finales de 2022, el ciclismo se cruzó en su camino debido a una lesión. Poco después, comenzó a competir con el equipo Massi Tactic, donde continúa hasta hoy. Es profesora de filosofía en un instituto, asignatura que aplica 24/7 en su vida diaria.

Íngrid Ruiz

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Contacta con nosotros

Contact Form
Scroll al inicio